La Red de Investigadores del Banco Central presenta hoy el estudio denominado “Hechos estilizados sobre la felicidad, la violencia y la confianza en América Latina”, cuyo expositor es el Dr. Luis René Cáceres, consultor e investigador económico.
La relevancia del estudio descansa en el hecho de que la felicidad es la meta más preciada por los seres humanos; además, es uno de los objetivos primordiales de la política pública. Existe evidencia de que las personas satisfechas con su vida tienen mayor participación política, religiosa y social que las personas insatisfechas, lo que redunda en mayor cohesión social en un país. Existen varias áreas donde la medición de la felicidad tiene aplicaciones en las ciencias económicas, especialmente en la cuantificación de los impactos sobre la felicidad, de la tasa de inflación, y de la volatilidad del ciclo económico.
La investigación trata sobre la determinación de la satisfacción con la vida en una muestra transversal de 18 países latinoamericanos.Se usaron los términos felicidad y satisfacción con la vida con el mismo significado; Hayo (2004) y Veenhoven (1984, 2012) han argumentado que empíricamente estos términos miden el mismo concepto. El estudio no se basa en mediciones individuales de satisfacción, sino en los valores promedio de 2012 de cada país de la región, tomados del Reporte de Desarrollo Humano 2014, de PNUD.
El trabajo recurre a La metodología que se ha utilizado ha sido la generación de modelos de ecuaciones econométricas, donde se analizan los coeficientes y su nivel de significancia y se contrastan con la teoría económica.
Los resultados con las variables independientes relacionadas con el ingreso personal muestran que el coeficiente del PIB per cápita explica una tercera parte de la varianza de la felicidad.Por su parte, las remesas como porcentaje del producto, explican alrededor de la mitad de la varianza de la felicidad, pero poseen coeficiente negativo.El coeficiente de la tasa de autoempleo masculino también es negativo y significativo, de mayor dimensión en términos absolutos que el respectivocoeficiente del auto empleo femenino, es decir, que los hombres resienten o lamentan más que las mujeres estar ubicados en empleos de baja calidad.
Se demuestra en el estudio que las tasas de desempleo juvenil por sí mismo explican gran parte de la varianza de la felicidad, implicando que la edad hace diferencia en como la mujer reacciona a su posición de desempleada. Los resultados ponen en evidencia que el desempleo de la juventud es un poderoso móvil de descontento e infelicidad. El desempleo juvenil, así como el empleo de mala calidad y la deficiente red de protección social, son factores que socavan la felicidad en la región y por tanto, pueden generar conflictos sociales.
Por otra parte, los resultados indican que la desindustrialización experimentada por los países latinoamericanos desde los años 80 ha sido un determinante de la reducción del empleo de calidad, del aumento del sector subterráneo, de la caída de la productividad y del crecimiento económico, y del aumento de la infelicidad y de la violencia. Además, se muestra la existencia de un círculo vicioso de infelicidad.
A manera de conclusión, es necesario impulsar régimen de igualdad de oportunidades, apoyar solidez institucional, el estado de derecho, el control de la corrupción, y la igualdad de género. Además, debe promoverse el empleo de calidad: apoyar la re-industrialización y protección al sector manufacturero.
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