CONFERENCIAS 2015

Conferencia "Desindustrialización y su efecto en el crecimiento economico de El Salvador"

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La Red de Investigadores del Banco Central de Reserva (REDIBACEN) presentó la investigación “Desindustrialización y su efecto en el crecimiento económico de El Salvador”, la cual fue desarrollada por el Dr. Luis René Cáceres, economista salvadoreño con amplia experiencia en programas, políticas y estrategias de desarrollo.
 
El principal objetivo del estudio fue puntualizar el origen de la desindustrialización en El Salvador, en términos de la caída de la participación de la industria manufacturera en el PIB y en el empleo total, analizando la persistente tendencia de la economía salvadoreña al estancamiento como consecuencia del menor peso de la industria manufacturera en la estructura productiva del país.
 
La fuente de datos utilizados en este trabajo es el World Development Indicators, del Banco Mundial, excepto la serie de tipo de cambio real que fue tomada de la CEPAL. Lametodología consistió en llevar a cabo pruebas de raíces unitarias de todas las variables incluidas en el trabajo mediante el cómputo de los estadísticos de ADF. Se realizaron diversas pruebas de cointegración para determinar la relación de la desindustrialización con distintas variables y su impacto al crecimiento económico de El Salvador.
 
La industria manufacturera es el principal motor del crecimiento económico de un país, ya que es fuente de buenos empleos, de la adquisición de destrezas y de la generación y difusión tecnológica, además, recibe las mayores erogaciones en investigación y desarrollo. Es por ello, que es fundamental identificar las causas que determinan la desindustrialización y sus implicaciones para El Salvador. Por otra parte, la desindustrializaciónes definida como la caída de la participación del sector manufacturero en el PIB, o la reducción del porcentaje que el empleo en este sector ocupa dentro del empleo total.
Los resultados del estudio demuestran que, para El Salvador, en cuanto a la liberalización comercial,  se observa que la producción nacional ha sido desplazada por las importaciones de bienes de consumo, las cuales, lejos de impartir “eficiencia” a la producción nacional, condujeron a su contracción relativa, es decir a la desindustrialización y desagriculturización. Además de una descapitalización, ya que la apertura extrema de la economía inhibe la movilización de capital productivo adicional. Por otra parte, la depreciación cambiaria no ha contribuido a detener el proceso de desindustrialización, el cual ha avanzado con mayor dinamismo después de la dolarización.
 
También se demuestra que el avance en las reformas económicas de los noventa dio lugar a la caída de la participación de bienes manufacturados y agrícolas en el PIB. Además, el aumento del índice general de reformas tiene un impacto negativo sobre el crecimiento económico, de tal manera que el progreso en esta área da cuenta de la pérdida de crecimiento económico de cerca de cuatro puntos porcentuales. Por otra parte, el déficit en la cuenta comercial de la balanza de pagos, que ha crecido de 12.7% en 1990 para alcanzar 22.8% en 2008 y 19.4% en 2013. Este, tiene asociación muy estrecha con la contracción de la producción de bienes transables y el incremento del sector servicios. El aumento de la participación del sector servicios en el producto en 1 punto porcentual conduciría a la caída del crecimiento del PIB en 0.50 puntos.
 
 
Además, se puede inferir que la desindustrialización da lugar al aumento del auto empleo femenino, es decir, contribuye al crecimiento de la economía informal. La industrialización, en cambio, ejerce impactos positivos sobre la generación de empleo de calidad, particularmente en el caso del empleo de calidad femenino. La tasa de crecimiento económico también mostró coeficientes positivos; es decir, el dinamismo económico contribuye al cambio de plazas de auto empleo, o de subempleo, a posiciones de calidad. Por último, se afirma que las remesas no compensan o contrarrestan la dislocación financiera del hogar ante la desindustrialización y desagriculturización.
 
La conclusión de la investigación es que la desindustrialización ejerce impactos adversos sobre la economía salvadoreña en distintos sentidos, principalmente en términos de la caída de la tasa de crecimiento económico, el aumento de la economía subterránea y el deterioro de las cuentas externas y de la inversión. Por ello, es necesario que se restituya la debida protección a la industria manufacturera y a la producción agrícola. La integración regional centroamericana es un mecanismo para proteger a los países miembros de la desindustrialización así como para impulsar la industrialización.