CONFERENCIAS 2021

Implicaciones económicas del proceso de desgravación arancelaria del CAFTA – DR sobre la agroindustria de El Salvador

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La Red de Investigadores del Banco Central de Reserva presentó este día los resultados de la investigación sobre “Implicaciones económicas del proceso de desgravación arancelaria del CAFTA-DR sobre la agroindustria de El Salvador”, que estuvo a cargo de la Licda. Flor Alas, Especialista de Operaciones del Sector Externo del Banco Central de Reserva. En la exposición se destacó que uno de los principales acuerdos comerciales firmados por El Salvador es el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y los Estados Unidos (CAFTA-DR), que entró en vigor en marzo de 2006, dentro del cual se contempla la reducción o eliminación de los aranceles aduaneros (desgravación arancelaria) para que los bienes y servicios se comercien con facilidad entre los países firmantes del tratado. La desgravación arancelaria en el CAFTA-DR está próxima a finalizar en 2025, faltando por desgravar el 3.6% que corresponde a los contingentes de importación, es decir, volúmenes específicos de los productos que pueden ingresar a un país con un arancel menor o sin arancel, de manera que si ese volumen se supera entonces se establece un arancel mayor. El estudio presentado afirma que los contingentes de importación son, en realidad, una medida para proteger a los sectores más vulnerables. En El Salvador se han identificado como productos sensibles a la desgravación arancelaria a la carne bovina, carne porcina, carne de pollo, leche fluida, leche en polvo, quesos, mantequilla, suero de mantequilla, cuajadas, yogur, helados, maíz amarillo, maíz blanco, arroz granza, arroz procesado y sorgo. Algunos de estos productos sensibles poseen ventajas comparativas reveladas, es decir, que El Salvador tiene una especialización exportadora en dichos productos, entre los que se encuentran quesos, arroz procesado, carne de pollo, helados y otros productos lácteos. De acuerdo con el CAFTA-DR, los contingentes de importación negociados por El Salvador tienen una liberalización que finaliza, según el tipo de producto, en los años 2020, 2023 y 2025; esto significa que, al término de estos años, la importación de los productos es ilimitada y a una tasa arancelaria de cero. Los productos se han categorizado en 4 grupos según el riesgo que tienen tomando en cuenta si superan o no el contingente y la capacidad de importación. La primera categoría es denominada baja o nula amenaza e incluye aquellos que nunca superan el contingente (el sorgo, helados, mantequilla, leche fluida y otros productos lácteos). En amenaza vulnerable, están los productos que sobrepasan el contingente en un tramo de años, dentro de este grupo están: el arroz granza, arroz procesado, partes oscuras de pollo y maíz amarillo. El tercer grupo incluye los bienes en peligro crítico, es decir, que superan el contingente a partir de un año especifico en adelante, son la carne bovina y porcina. Por último, los bienes con amenaza grave comprenden aquellos productos, que siempre han superado el contingente como: los quesos, leche en polvo, maíz blanco, suero de mantequilla, cuajadas y yogur. El estudio indica que entre los obstáculos para las industrias de los productos denominados sensibles en El Salvador se encuentra la asimetría entre los países, inconvenientes en los procesos para el otorgamiento de las licencias de importación y los requisitos de desempeño, el limitado acceso al financiamiento, la triangulación del comercio, competencia desleal, entre otras barreras. También destaca las ventajas que los sectores asociados a los productos sensibles poseen, tal como el caso del sector porcino, que ya cuenta con un rastro acorde a estándares internacionales; el posicionamiento del sector lácteo con productos diferenciados a nivel local y con nichos de mercado en Estados Unidos, y la fuerte relación del sector avícola con otros sectores demandantes de su producción. En el estudio se efectuaron estimaciones de los efectos de creación y desviación de comercio. La creación del comercio se estimó en US$351.5 millones desde el inicio del tratado lo cual significa que, con los cambios en la reducción de aranceles, el consumo interno se incrementó, debiendo acudir a más importaciones para suplir la demanda. Mientras que la desviación del comercio, que consiste en una recomposición de las importaciones de países no miembros del tratado hacia países miembros, se estima que fue de -US$3.9 millones. Finalmente, la expositora destacó la importancia de contar con políticas y medidas de apoyo a los sectores exportadores del país, especialmente la agroindustria, tales como los que está implementando el Gobierno del Presidente Nayib Bukele, entre los que se encuentra la Política de Comercio e Inversiones de El Salvador, el Comité Nacional de Facilitación del Comercio, Plan Maestro de Rescate Agropecuario, Plan de Transformación y despegue Sostenible del Café y otros.