CONFERENCIAS 2018

Conferencia “El Salvador: Empleo y Credimiento”

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La Red de Investigadores del Banco Central de Reserva (REDIBACEN) realizó la conferencia “El Salvador: Empleo y Crecimiento”, que estuvo a cargo del Lic. Mauricio González, Economista Investigador del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia.

Actualmente, el tema del empleo recibe un énfasis especial en la agenda de desarrollo de los países. En el terreno práctico, una de las manifestaciones más claras del énfasis en el empleo consiste en la proliferación de una amplia variedad de programas para la creación de empleo, Uno de los que más atención recibe cada vez más es el denominado “empleador de última instancia”.

El “empleador de última instancia” se asocia al concepto de “prestamista de última instancia”, relativo a la función de los bancos centrales de proporcionar recursos a los bancos comerciales cuando estos han sufrido una corrida bancaria para atender el problema de liquidez. De esta manera, el “empleador de última instancia” hace referencia a una agencia del Gobierno que tiene a su cargo ser una especie de banco central del empleo, la vigilancia del mercado laboral y de la remuneración que reciben los trabajadores.

El estudio afirma que el sector privado hace una contribución significativa al crecimiento del empleo en la economía, es un hecho que el sector no posee suficientes empleos para satisfacer el deseo de trabajar de la fuerza laboral. Por esta razón se necesita un empleador directo, un cambio estructural de la economía y un crecimiento económico inclusivo. Este último se diferencia del crecimiento económico a secas en que busca la reducción de las desigualdades económicas y sociales, de manera de atender y asegurar que todos los grupos de la población, las minorías en particular, contribuyan al crecimiento económico y participen de los frutos del mismo.

El Lic. González hizo referencia al hecho que algunos países ya han puesto en marcha el empleador de última instancia con éxito, en específico en Estados Unidos, Argentina e India. El primero de ellos es el New Deal, el cual fue una intervención gubernamental que se llevó a cabo debido a la Gran Depresión de los años treinta. Durante el mismo se realizaron varias reformas de carácter estructural, dentro de las cuales pueden mencionarse: se instó a las empresas a firmar códigos de competencia leal y se concedió a los trabajadores la libertad de formar sindicatos y entablar negociaciones colectivas. Además, se aporbó la Social Security Act.

Otro ejemplo es el Plan de Jefes en Argentina, el cual es un programa de creación directa de empleo para los cabeza de familia que estuvieran desempleados brindándoles una cantidad de dinero por trabajar en proyectos comunitarios y participar en programas de entrenamiento. Los resultados fueron muy positivos, con alrededor de dos millones de participantes, logró mantener el pleno empleo en el largo plazo. En India, se encuentra también el National Rural Employment Guarantee Act, NREGA establecido en 2005. En dicho programa se prometen 100 días de trabajo por año fiscal a al menos un desempleado adulto de cada hogar rural, que se encuentre dispuesto a efectuar trabajos manuales no calificado.

El Lic. González presentó además dos estimaciones el costo social del desempleo en El Salvador. El primer método supone que el costo de un desempleado para el país es igual al PIB real por ocupado; por lo tanto, estima que el costo del desempleo a nivel nacional representa el 6.3% del PIB del país. Por otra parte, se calcula el coeficiente de Okun el cual afirma que en El Salvador si se logra reducir en un punto porcentual la tasa de desempleo, el PIB real aumentaría en 4%.

Los costos de llevar a cabo el programa de Empleador de última Instancia son calculados en el estudio, mencionando que si se realiza con salario mínimo ascendería a 2.4% del PIB; mientras que si se realiza con un salario decente serían de 4.9% del PIB de El Salvador.

A manera de conclusión, el estudio destaca que la aplicación de un programa EUI no solo aliviaría en gran parte el problema del desempleo, sino también los problemas de la migración, delincuencia y pobreza en general. Para ello, es necesaria la intervención directa del Estado y un crecimiento económico sostenido e inclusivo, que brinde igualdad de oportunidades a todos.