La Red de Investigadores del Banco Central de Reserva (REDIBACEN) realizó la conferencia “Dinámicas de Exclusión y Degradación ambiental en El Salvador”, que estuvo a cargo del Lic. Nelson Cuellar, DDirector Adjunto del Programa Regional de Investigación sobre Desarrollo y Medio Ambiente (PRISMA).
El Lic. Cuellar afirmó que los modelos de desarrollo implementados en El Salvador han mostrado limitaciones evidentes para la generación de empleos masivos y dignos, así como patrones de exclusión social y procesos severos de degradación ambiental. Estos patrones de exclusión y degradación están mediados por marcos institucionales que rigen las relaciones entre diversos actores y sus condiciones de acceso, uso y control sobre los recursos naturales.
Los resultados del estudio sobre el Cambio demográfico, profundización de la urbanización y degradación del agua, el autor afirmó que El Salvador atraviesa por una transición demográfica. Entre 1971 y 2015, la población total del país casi se duplicó, pasando de 3.6 a 6.5 millones de habitantes. Para 2015 los grupos mayoritarios correspondieron al grupo de entre 10 y 24 años. Por tanto, a medida que aumenta la concentración, la urbanización se expande demandando más recursos críticos como la tierra y el agua, lo cual intensifica las dinámicas de exclusión social y degradación ambiental.
En cuanto a la Dinámica económica, empleo precario y exclusión el expositor mencionó que la economía salvadoreña se encuentra en una situación prolongada de lento crecimiento. En 1978 el mayor número de empleos los generaba el sector primario, pero perdió su importancia, pasando a representar únicamente el 18% en 2015. Por otra parte, en cuanto a la informalidad, en 2015, el empleo formal representó 55% y el informal 45% del total. Esto significa que casi la mitad del empleo en zonas urbanas es precario e inestable. El lento crecimiento se debe a diversos factores: los bajos niveles de ahorro e inversión, la desarticulación productiva sectorial y territorial, la baja productividad y —más recientemente— a la violencia e inseguridad.
El Lic. Cuellar mencionó que en cuanto a las Dinámicas de uso del suelo, tenencia de la tierra y agricultura los resultados del estudio muestran que El Salvador agotó su frontera agrícola a mediados del siglo pasado y ahora atraviesa cambios significativos derivados de las dinámicas de cambio en el uso del suelo. Actualmente, se está propiciando la expansión urbana en tierras agrícolas, el número de productores agropecuarios está aumentando con una tendencia creciente del arrendamiento como principal forma de acceso a la tierra debido al problema de la inseguridad de la tenencia de tierras. El aumento de la actividad agropecuaria representa un enorme desafío para la sustentabilidad en el manejo de los recursos naturales como la tierra y el agua, sobre todo considerando que el sector agropecuario representa ¾ del territorio del país.
En cuanto a Degradación ambiental, cambio climático y vulnerabilidad los resultados revelan que la degradación ambiental en El Salvador se exacerba por el contexto de variabilidad y cambio climático, cuyas principales manifestaciones son el exceso de lluvias, sequías y el incremento de la temperatura las cuales tienen severas consecuencias; por un lado, disminuyen la productividad y generan afectaciones severas en la salud de los habitantes y por otro, reducen los rendimientos de los cultivos y amenaza la seguridad alimentaria. El 89% del territorio está expuesto a situaciones de riesgo, espacio en el que vive el 95% de la población y donde se genera el 96% del PIB.
Los resultados para Violencia e inseguridad se observa que de ser un fenómeno predominantemente urbano, la violencia se ha expandido a zonas rurales y a otros territorios peri-urbanos; donde afecta principalmente a jóvenes entre 15 y 29 años, particularmente hombres que, por sus ocupaciones, tienen que trasladarse continuamente de un lugar a otro. Los territorios con mayor predominio de violencia e inseguridad, el tejido, la organización y la cohesión social se han debilitado, lo cual ha afectado la implementación de iniciativas económicas, sociales y ambientales promovidas por diversos actores gubernamentales y de la sociedad civil.
Un resultado muy interesante que muestra el estudio es que el potencial del país para enfrentar y adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas y de inseguridad, se encuentra fuertemente vinculado al destino de las inversiones y a las percepciones del sector privado sobre el cambio climático. Sin embargo, los grupos empresariales con mayor poder político y capacidad de influencia en la orientación de la agenda nacional son los menos expuestos y afectados por el cambio climático; a diferencia de los pequeños productores agropecuarios y el resto de la población en general cuya subsistencia se ve amenazada ante los efectos de este fenómeno.
Como recomendación el Lic. Nelson Cuellar afirma que la reversión de la degradación y exclusión exige la construcción de consensos que incorporen lo ambiental como una dimensión crítica en la agenda de desarrollo y en la agenda económica. Es necesario que se promuevan dinámicas de inclusión capaces de vincularse con la realidad económica y social en que los distintos actores desarrollan sus estrategias de vida y desarrollo.
Dentro de las dinámicas que se promueven están una estrategia de transformación productiva en el agro, que significa una transformación radical y masiva de prácticas y sistemas de producción hacia modalidades de manejo agroforestal, agrosilvopastoril y agroecológica. Por otra parte, una apuesta de nación para lograr la restauración ambiental.